Comunicados

REPUDIAMOS LA VIOLENCIA EJERCIDA SOBRE NUESTRA HERMANA GUILLERMINA GUANCO

REPUDIAMOS LA VIOLENCIA EJERCIDA SOBRE NUESTRA HERMANA GUILLERMINA GUANCO Y LAS COMUNIDADES DE LA UNIÓN DE PUEBLOS DE LA NACIÓN DIAGUITA DE SANTA MARÍA Y ANTOFAGASTA (CATAMARCA).

Argentina, 17 de diciembre, 2021

Las feministas antiextractivistas del Sur manifestamos nuestro repudio a la violencia patriarcal con la hermana Guillermina Guanco. El día 22 de noviembre, mediante un comunicado de la UPND de Santa María y Antofagasta, tomamos conocimiento de un hecho más de violencia patriarcal-colonial contra comunidades y pueblos en pie de lucha. El envío de una carta documento por parte de un arqueólogo de la Universidad Nacional de Catamarca, Daniel Delfino, contra la comunera indigena, y actual Secretaria de la Unión de Pueblos Diaguitas de Catamarca (Santa María-Antofagasta), Guillermina Guanco, es un hecho del cual no conocemos antecedentes. 

Dicho acto de violencia, leído en un contexto político territorial complejo, y que conocemos de cerca, es un grave intento de silenciar y amedrentar a una mujer comunera y autoridad indígena en los territorios diaguitas que muchas de nosotras cohabitamos. En la mencionada carta documento se la intima a callar su crítica y se la acusa de promover dichos racistas contra el supuesto damnificado, un profesor universitario con cargos de gestión en la Universidad Nacional de Catamarca. Nos preguntamos ¿quien ejerce poder en este caso? Es claro que las relaciones de poder son desiguales, y pone a la mujer indigena en una situación de subordinación frente a la institucionalidad de la figura patriarcal que se sirve de las mismas herramientas discursivas utilizadas durante años para empoderar sus propios discursos de voluntarismo indigenista.

Este acto violento es antecedido por una larga historia de ejercicios de violencia sobre las comunidades indígenas por parte de las múltiples instituciones académicas de todo el país que llegan a los territorios a investigar, extraer saberes y tutelar sus acciones en relación con el Estado. Estas prácticas son una clara muestra de la continuidad colonial patriarcal capitalista que no tolera el despliegue de la creciente autonomía de las organizaciones indígenas, a quienes se quiere seguir tutelando a través de diversos mecanismos de control, y mediante supuestas formas de colaboración que encubren largas tradiciones de intervencionismo universitario-estatal.

Elegir las armas legales del Estado-Nación y del derecho penal capitalista para abordar conflictos de intereses entre arqueólogos y comunidades indígenas es una hipocresía frente a los discursos socialistas, decoloniales, interculturales, etc. del supuesto “diálogo” ofrecido por quienes no saben aceptar el NO de las autoridades de comunidades indígenas. Estas últimas prefieren transitar sus propias decisiones desprendidas de la asistencia “de técnicos profesionales y expertos” de la cultura y la política institucional y por ello se las ataca. 

Llamamos la atención también a la preocupante complicidad de la comunidad académica, y en especial de la comunidad arqueológica, que buscan defender las prácticas denunciadas por las comunidades como violentas, desde un lugar que nos recuerda demasiado a la defensa de violentos machistas que dice: “yo lo conozco y es un buen tipo”. Esta defensa corporativa de la práctica académica y de los académicos de la UNCA y otras instituciones, es otro ejercicio de poder que pretende apaciguar y silenciar las disidencias, las expresiones de enojo y hartazgo histórico por parte de las comunidades que no acuerdan con las supuestas formas de hacer “políticamente correctas” de profesionales con “una gran trayectoria” en acompañar comunidades. 

En un contexto de penetración empresarial-estatal en los territorios indígenas en disputa y resistencia frente a la avanzada minera a gran escala, y que por estos días se tradujo en la detención arbitraria del Cacique Diaguita Sebastián Gutiérrez de la comunidad Peñas Negras (en Catamarca), el caso nos llama a una lectura político social que amplíe las miradas, más allá de las sectorización de opiniones y posturas de apoyo a una personalidad o a su trayectoria. Consideramos que esta defensa corporativa quita el foco de la crítica al estado de violencia permanente que se vive en los territorios por la reproducción de intereses económicos y políticos  para su explotación ilimitada. En dicho contexto, las  acciones de amedrentamiento a través de cartas documento y representaciones de abogadxs, dejan traslucir la poca capacidad de diálogo, comunicación y entendimiento para resolver conflictos en un escenario de enorme tensión. 

Este ejercicio de violencia patriarcal que denunciamos profundiza las diferencias, instala un umbral de intolerancia y represión que tiene por objeto reprimir las disidencias y profundizar las diferencias al interior y entre comunidades y organizaciones indígenas, buscando además polarizar la opinión pública y social, al tiempo que se instala un relato de “buenos samaritanos” en la defensa de “los Pueblos Originarios”.

Como mujeres y disidencias feministas antiextractivistas defendemos los territorios y los seres que los constituyen, seres humanos y no humanos, el agua, la tierra, la vida en su totalidad. Quienes están arrebatándonos la vida son las empresas y el Estado genocida y ecocida, provincial y nacional que, a lo largo y ancho del país, criminaliza, persigue y judicializa a defensoras y defensores de la vida, de la Pachamama. La violenta muerte de Elías Garay en El Bolsón territorio mapuche, nos recuerda que las prácticas genocidas del Estado argentino se actualizan a diario en el cuerpo/territorio indígena. La brutal represión sufrida por el pueblo chubutense estos días, reafirma que la minería es una política de estado instalada a base de sangre y dolor.

Llamamos a la autocrítica de la ciencia aprendida, incluso aquella que se enuncia anticolonial, entre ella la arqueología como disciplina que instituyó tutelajes académicos a las comunidades indígenas y que solapan prácticas colonizadoras pero que otorgan prestigio y legitimidad a investigadores.  

Apoyamos la autodeterminación de las comunidades indígenas, tanto de la Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita de Santa María y Antofagasta, y de la UPND que reúne comunidades de Belén y Tinogasta, y que eligen trabajar con Delfino. Denunciamos las acciones de él y los técnicos que amedrentan a Guillermina y sus hermanxs. Nos solidarizamos y hacemos un llamado al repudio de las detenciones arbitrarias de lxs comunerxs y autoridades indígenas, y repudiamos todo ejercicio de violencia estatal patriarcal y extractivista sobre las mujeres y disidencias que reclaman autonomía en sus territorios. 

Este comunicado, expresa nuestro rechazo a las prácticas violentas ejercidas por los técnicos que intervienen en los territorios. También es un apoyo y abrazo a las comunidades que vienen padeciendo el avasallamiento por múltiples frentes, especialmente a nuestra hermana Guillermina Guanco.

Denunciamos las políticas estatales-universitarias científicas extractivistas y las empresas mineras que destruyen la Pacha y contaminan nuestras aguas. 

Fuera las mineras de nuestros territorios!

Basta de intervencionismo y tutelaje estatal-académico

Respeto y apoyo a la autodeterminación de los pueblos indígenas y campesinos!


FEMINISTAS ANTIEXTRACTIVISTAS DEL SUR


Adhesiones

COLECTIVA FEMINISTA de la RIDAP (Red de Información y Discusión en Arqueologia y Patrimonio)

CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES EN ANTROPOLOGIA Y ARQUEOLOGIA (CEIAA), Asociación Civil.

OBSERVATORIO FEMINISTA CATAMARCA

MUJERES DEFENSORAS DEL AGUA DEL FAMATINA. Chilecito, La Rioja.

ARDA. Colectiva Artivista Feminista

CONAMURI (Coordinadora Nacional de Organización de Mujeres Trabajadoras, Rurales e Indígenas) Paraguay.

FEMINISTAS DE ABYA YALA

PAÑUELOS EN REBELDÍA 

Proyecto de Investigación: Violencias patriarcales - coloniales y resistencias sociales desde una perspectiva geopolítica situada. Fac. de Humanidades UNCa


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Información

Contacto Coordinación en Argentina

Ivana Carina Jofré

Contacto Coordinación en Colombia

Cristóbal Gnecco.