COMUNICADO EN APOYO A LA ANTROPÓLOGA COLOMBIANA MÓNICA GODOY FERRO

Desde la Colectiva Feminista de la Red de Investigación y Discusión sobre Arqueología y Patrimonio (RIDAP), como profesionales de las disciplinas antropológicas y militantes feministas antipatriarcales organizades, y como activistas indígenas, desde distintos territorios Latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Uruguay, México y Perú), apoyamos a la colega colombiana Mónica Godoy Ferro quien es hoy víctima de hostigamiento y procesos judiciales en su contra por develar la violencia sexual al interior de la institución en que se desempeñó como docente hasta el 2015. Mónica ha sido la cara visible de las denuncias que se detallan en dos documentos titulados “Informe sobre violencia sexual en el Departamento de Antropología de la Universidad Nacional de Colombia. Sede Bogotá”*, realizando además una importante labor de acompañamiento de las víctimas de acoso y abuso.

Este acto de visibilización, denuncia y exigencia de actuación ante una realidad que vivimos las mujeres, lesbianas, no binaries, travestis y trans a diario en nuestros espacios de trabajo y estudio, ha recrudecido la reacción patriarcal en contra de Mónica Godoy. Además del hostigamiento del cual es víctima, se ha iniciado un proceso judicial en su contra. Uno de los denunciados, Fabián Sanabria Sánchez, abrió una acción de tutela acusando a Mónica Godoy de organizar un complot en su contra. El poder judicial reprodujo su sesgo patriarcal en el fallo en primera instancia de este juicio que notifica y ordena a Mónica: “no solo retire de sus redes sociales los comentarios realizados en torno de las acusaciones concernientes a las agresiones sexuales endilgadas al accionante, sino, abstenerse de seguirlo haciendo, tanto en ellos, como en otros medios de comunicación”.

Con un fallo en segunda instancia que se posiciona en el mismo sentido, la justicia colombiana, por una parte, desacredita la exhaustiva investigación asesorada por Mónica Godoy. expresada en los informes mencionados realizados por la Comisión Feminista y de Asuntos de Género -Las que Luchan. Como colegas y compañeres de lucha de Mónica queremos hacer hincapié en la seriedad de esta investigación, desarrollada con metodologías de las ciencias sociales, y en la relevancia de considerar la veracidad de los testimonios de las mujeres. También enfatizamos en el cuidado con el que se abordó, garantizando su protección y evitando su revictimización. La información contenida en estos informes es de interés público ya que los hechos denunciados atentan contra la prevención, sanción y erradicación de la violencia sexual en espacios universitarios, enmarcado en el derecho a una vida universitaria libre de violencia sexual. Asimismo, suma gravedad el hecho de que en los fallos se desconoció el precedente jurisprudencial de estos informes generando barreras de acceso a la justicia para otras posibles víctimas de violencia sexual en espacios universitarios. Por otra parte, conocemos que sólo el informe público protege la identidad de las denunciantes, mientras que la versión privada que fue entregada a la Veeduría Disciplinaria de la Universidad Nacional de Colombia y a la Fiscalía General de la Nación no lo hace. 

La violencia sexual atenta fuertemente contra la igualdad de oportunidades en base al género en el mundo académico. Esta situación viene siendo denunciada desde hace años en distintos países latinoamericanos (ver, por ejemplo, https://www.spreaker.com/show/mujeres-y-disidencias-en-la-arqueologia), y en países como Argentina es abordada tanto desde espacios institucionales (CONICET, Protocolo en contra de la Violencia en Ámbitos Laborales –incluye en el mismo a la violencia de género-; UBA, Protocolo de acción institucional para la prevención e intervención ante situaciones de violencia o discriminación de género u orientación sexual; UNLP, Programa contra la Violencia de Género; UNICEN, Protocolo de actuación frente a situaciones de violencia de género; UNC, Plan de Acciones para Prevenir, Atender y Sancionar las Violencias de Género; UNCUYO, Protocolo de intervención institucional ante denuncias por situaciones de violencia contra las mujeres y personas LGTTTBIQ; UNT, Protocolo de Acción Institucional para la Prevención e Intervención ante situaciones de Violencia o Discriminación de Género u Orientación Sexual) como desde organizaciones y redes independientes para la prevención, sanción y erradicación de la violencia patriarcal de las academias (GEFAS, FLAMA, Wilkas, Colectiva Feminista de la RIDAP, etc.). En base a la gran cantidad de denuncias, informes e investigaciones relevadas constatamos que el abuso de poder y, particularmente, de carácter sexual, lejos de ser prácticas aisladas, se expresan en una violencia estructural que conforma tramas profundas y complejas generando daños morales, psíquicos, físicos, y cercenando las posibilidades de desarrollo académico y laboral de las mujeres y las disidencias.

Sabemos que estos procesos tienen consecuencias incluso más negativas para quienes denuncian y para quienes tienen la valentía de asumir el rol de representar la causa ante las instituciones universitarias y la justicia. El hostigamiento, los amedrentamientos, e incluso, la judicialización por medio de la figura de injurias y calumnias, son las reacciones más comunes de parte de los victimarios, de quienes suele haberse comprobado su calidad de agresores a partir de numerosos testimonios.

En este caso, las notificaciones en primera y segunda instancia constituyen un pésimo precedente, ya que atentan en contra de los enormes esfuerzos que estamos haciendo distintas organizaciones anti-patriarcales y distintos espacios institucionales en Latinoamérica por erradicar este tipo de prácticas. No sólo desacredita la experiencia cotidiana de las mujeres, las identidades feminizadas y las identidades disidentes en el espacio público y privado -que en los últimos años hemos denunciado de forma masiva en las calles de las capitales latinoamericanas- sino también desacredita distintas investigaciones vinculadas a la temática, entre ellas la desarrollada por la propia Mónica Godoy, y legitima a quienes nos violentan día a día en los espacios de educación y trabajo.

Invitamos a escuchar a Mónica Godoy con respecto a las acusaciones https://www.youtube.com/watch?feature=youtu.be&v=KzuWXG7BzPk&app=desktop&fbclid=IwAR0zwtC3C7wSphQgEv2zRuOc2UtvJwhPh8K7oONTYCMP664djpvj2-5VUCg

Les abajo firmantes expresamos nuestro repudio a este veredicto judicial que podría llevar a la cárcel a Mónica Godoy. A su vez, damos todo nuestro apoyo a las denunciantes, sabemos que es necesaria mucha convicción y fuerza para sacar a la luz algo tan doloroso. Las denuncias legales y las denuncias públicas sobre situaciones de violencia patriarcal son totalmente legítimas y necesarias!

 Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio.

COLECTIVA FEMINISTA RIDAP

Marina Soledad Vega, ISES (CONICET-UNT) IAM (UNT), San Miguel de Tucumán

Nuriluz Hermosilla Osorio, Universidad de Chile, Santiago de Chile

Valeria Elichiry, CONICET,Área de Arqueología y Antropología, Argentina, Necochea

Ivana Carina Jofré, CONICET-UNSJ-UNLAR/CEIAA/, Argentina, San Juan 

Mariela Eva Rodriguez, CONICET-Sección Etnología, ICA, FFyL,UBA, Argentina, Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Paulina Alvarez, UAM-X, Ciudad de México

Angeles Muriel Morales, Escuela de Arqueología- UNCA, Catamarca- Argentina

Marianela Gamboa, Citca-CONICET, Catamarca, Argentina

Julieta Magallanes, CONICET, Argentina, Puerto Madryn

Constanza Cattaneo, Laboratorio de Investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Arquelogia y Antropología de Tucuman

Marcela Díaz, Laboratorio de Estudios Políticos y Debates Regionales, Tramas, dependiente del Programa de Doctorado de Ciencias Humanas de la Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Catamarca, Argentina, San Fernando del Valle de Catamarca

Flavia E. Gasetúa, Citca-CONICET, Catamarca, Argentina.

Carla Jaimes Betancourt, Universidad de Bonn, Bonn, Alemania

Claudia Montero Poblete, Fundación Escalera del Diablo, Santiago, Chile